La peor elección de mi vida o una ciudadana en apuros

Hace como una semana descubrí que el próximo mes de junio cumplo 30 años de ejercer como ciudadana mi derecho al voto. ¡Rayos! Sí… cumplo 48.

Tengo una religión que no profeso y aún así doy gracias a Dios por no tener credo político. Gracias a ello —en cada elección que me ha tocado— he participado libre y voluntariamente, sólo la primera vez feliz y orgullosamente.

He votado por Presidentes y Alcaldes, por Diputados y Senadores locales, federales… y nunca ha ganado ni el partido ni la persona por quien voto.

Mis votos nunca han sido por convicción; la mayoría han sido por eliminación y uno que otro por resignación. No sé si sea culpa de la edad, de la situación del país o de los medios de comunicación, pero en esta ocasión como nunca antes, me siento agobiada. Bombardeada de información que no me es útil para elegir. La idea del “voto inteligente” me resulta ridícula cuando no hay por quien votar.

He llegado a un punto en el que no creo en nada ni en nadie. Todo lo que suena a política me disgusta. Aunque no veo mucho la televisión, en cuanto aparecen los spots políticos le cambio o la apago; si escucho el radio, apenas aparecen, le cambio o pongo un cd, siempre es mejor cantar con Javier Solís, Zoé o Ana Carolina.

Pero el tiempo se me acaba y estoy en blanco. Me queda menos de mes y medio y no creo cambiar de opinión sobre ningún partido ni figura política.

A veces creo que los partidos se burlan de nosotros con sus candidatos y sus campañas, me enoja que crean que soy una idiota.

Me molesta que pasen a mi casa y me digan: “nos dijeron que eres simpatizante del partido…” “le trajimos vales de descuento como regalo…” o que en los semáforos se echen encima de mi carro, como marabunta, grupos de jóvenes con banderas y panfletos con fotos de sus candidatos. Tratan insistentemente que les abra la ventana para que me los den, ¡si no los quiero! También me molesta sobremanera llegar a mi casa y ver el buzón lleno de folletos políticos… sólo pienso en todo el dinero que se gastan en esto ¿qué se supone que debo decirles? O ¿qué debo hacer?

¿Cómo puede una ciudadana, participar confiadamente de una elección democrática que carece de credibilidad y en la que abunda la incompetencia y la falta de seriedad?

No es una elección en la que me preocupe el proceso electoral en sí mismo, si robarán casillas, si harán trampa o si comprarán los votos, eso es una nimiedad comparada con el dramatismo de que no hay partido ni político por quién votar, eso es verdaderamente una calamidad.

Soy una ciudadana en apuros, a la que ésta vez un voto por eliminación, por resignación y sin convicción, no le será suficiente para atreverse a marcar una X el próximo 7 de junio.

¿Alguien tiene una estrategia mejor?

@DoraAyora